lunes, 20 de noviembre de 2017

¿Hablamos de películas? Loving Vicent

El pasado sábado, dentro de la programación de la 55ª edición del Festival Internacional de Cine de Gijón, tuve la ocasión de asistir a la proyección de la película "Loving Vincent".
"Loving Vincent" reflexiona sobre los últimos días de vida del genio de la pintura Vincent van Gogh y especula con la causa de su suicidio, a la vez que intenta realizar un mapa de la complicada personalidad del atribulado artista.
Vincent van Gogh es uno de mis pintores favoritos sino mi favorito por lo que, cuando me enteré de que se había realizado esta película que, además, había cosechado tan buen éxito de crítica, y de que ésta iba a ser proyectada en el Festival de cine de Gijón, no dudé en acudir a verla.
Se trata de una película de animación que combina las técnicas de rotoscopia y stop-motion para presentar la historia como un cuadro en movimiento del artista. La película supone un carrusel de imágenes que perfectamente habrían podido ser pintadas por van Gogh. De hecho, un mensaje al inicio de la misma nos advierte de que todas las imágenes han sido pintadas a mano por un equipo compuesto por más de 100 artistas.
Respecto a la historia, me ha gustado mucho bucear en estos últimos momentos de la vida de Vincent y, sobre todo lo que los acontecimientos nos esbozan sobre la personalidad del genio: un hombre enfermo, atormentado pero optimista, amante del arte y de la pintura y, por encima de todo, de su familia y más concretamente de su hermano Theo. Después de ver esta película quedo con ganas de hacerme con un volumen de las cartas a su hermano que Vincent escribió y que son reproducidas en parte a lo largo de esta cinta. También me ha gustado mucho el viaje de crecimiento personal de Armand Roulin, hilo conductor de la película que pasa, y hace pasar al espectador, de la pena y la compasión con el pobre Vincent a la admiración y la comprensión.
Pero sin duda si algo hay que destacar es el apartado visual. Durante 95 minutos el espectador tiene la sensación de vivir en un cuadro pintado por el mismísimo Vincent Van Gogh: el uso de los colores, los trazos, todo sorprende y se asemeja a su obra, recorriendo en ocasiones paisajes conocidos por sus cuadros y aportando, en otro caso, su particular visión a estampas de lo más pintorescas. Además, recomiendo a quien tenga la oportunidad, ver la película en pantalla grande, puesto que la experiencia adquiere mayor contundencia y uno es capaz de zambullirse de cabeza en esas pinturas que sólo ha alcanzado a contemplar detrás de una cinta en un museo.
Las diferentes técnicas de animación juegan totalmente a favor de obra y la película constituye una sinfonía de colores, arte y sensibilidad de principio a fin (incluyendo su muy acertada banda sonora). El simple hecho del humo saliendo de la chimenea de una fábrica se convierte en algo capaz de dejar con la boca abierta al espectador.
En resumen, una obra de arte convertida en película que homenajea al genio y que resulta un acercamiento para grandes y pequeños a la obra de este pintor en general, y al arte en particular. Altísimamente recomendable.


miércoles, 8 de noviembre de 2017

¿Hablamos de libros... y películas? 84, Charing Cross Road

Durante este pasado mes, y como parte de la iniciativa #Leoautorasoct, tuve la oportunidad de realizar una lectura conjunta de esta obra con algunas de mis compañeras de la "filial asturiana" del Club Pickwick


84, Charing Cross Road es una pequeña novelita espistolar que nos hace testigos de primera mano de la correspondencia entre la escritora americana Helene Hanff y Frank Doel, dependiente de la librería londinense Marks & Co.
La novela recopila la correspondencia original entre Helene y Frank, así como con otros empleados de la librería y familiares puesto que, en el transcurso de estos más de 40 años de correspondencia y amistad, la relación que nace simplemente como una mera consulta va haciéndose extensiva e involucrando a más gente de la magia tan especial que se establece entre los dos protagonistas.
Varios aspectos me impresionaron de este libro, pese a su corta extensión. 
En primer lugar, las personalidades de Helene y Frank y el perfecto contrapunto que suponen la una a la otra. Helene es puro desparpajo y descaro, con un sentido del humor directo y ácido. Frank, por su parte representa el estereotipo de "gentleman" inglés: cordial, educado, distante y profesional. Sin embargo, poco a poco, Helene consigue derribar esta barrera y mostrarnos el lado más "gamberro" de Frank.
En segundo lugar, esta obra es un homenaje a los libros en toda regla. Desde las descripciones de Helene sobre la belleza de los ejemplares que recibe y las sensaciones que tener éstos entre sus manos le producen, hasta la lista interminable de peticiones de la "locuela" escritora que hacen que cualquier lector un poco avezado quiera correr a su librería de cabecera a comprárselos todos pasando por las reflexiones que, tanto Helene como Frank, comparten sobre libros y literatura. Esta obra es una delicia para cualquier amante de los libros y, me atrevería a decir, para cualquier persona que haya disfrutado en algún momento de su vida con un libro.
Por otro lado, existe una adaptación cinematográfica de 1987 con Anthony Hopkins y Anne Bancroft en los papeles principales. Decir que la elección de los actores me pareció completamente acertada (sus representaciones cinematográficas son exactamente como me las había imaginado). Además, esta película me parecía que requería mucha dificultad al adaptar un libro en el que realmente "no sucedía nada" en un sentido tradicional, no hay un planteamiento, nudo y desenlace sino que simplemente son retazos de conversaciones mantenidas en forma de misiva por los protagonistas y la película resulta una adaptación muy fiel a la novela que no aburre sino que aporta un nuevo enfoque a esta historia redonda ya de por sí.


Resumen de mi #Leoautorasoct

Ya ha transcurrido una semana desde que terminó el mes de octubre. Un mes marcado, además de por la celebración de Halloween y su correspondiente "preparación" cargada de lecturas y series terroríficas, por la iniciativa #Leoautorasoct. En mi caso, este es el primer año que participo en este reto y lo he disfrutado un montón, pero, sobre todo, me ha dado la oportunidad de conocer a nuevas autoras con las que seguramente repetiré en el futuro.

  • Virginia Woolf (Kew Gardens y otros relatos)
Poco que decir sobre esta escritora inglesa considerada una de las mayores figuras literarias del siglo XX así como una de las escritoras con mayor papel en la lucha por la igualdad entre sexos. Marcada por una terrible enfermedad mental que acabó con su suicidio. Sus textos, a medio camino entre lo real y lo onírico tienen un lenguaje especial, rozando en una poesía "prosificada".

  •  Elizabeth Gaskell (Cuentos góticos)
Otra autora inglesa en el Olimpo de las letras universales. Cultivó numerosas facetas: supo plasmar de manera inimitable la revolución industrial pero también dominó con maestría otros palos como la biografía, la novela costumbrista o el género fantástico. Su estilo es claro y directo. Considero que "Cuentos góticos" quizá no es la novela más adecuada para iniciarse con la autora pero, sin duda, estos "cuentos" logran poner los pelos de punta al lector en más de una ocasión.

  • Helene Hanff (84, Charing Cross Road)
Autora estadounidense que quedará inexorablemente unida a su obra más famosa (84, Charing Cross Road) a pesar de haber tenido una vida y una carrera muy prolífica en el mundo de la escritura (guionista para televisión, autora de numerosos libros de historia y novelista). En esta obra "semi-autobiográfica" somos conscientes de la apabullante personalidad de Helene sólo comparable a su especial sentido del humor, así como de su amor por los libros.

  • Kate Douglas Wiggin (Cortejo en la Catedral)
Novelista y educadora infantil americana. Cortejo en la Catedral desprende calidez, juventud y despreocupación y uno no puede evitar empatizar hasta cierto punto con la atolondrada Kitty en su cruzada por encontrar a su caballero andante y, de paso, visitar unas cuantas ciudades catedralicias. Un libro ágil y ameno.



Estas fueron todas las autoras que, si bien la mayoría ya conocía anteriormente, no había tenido ocasión de leer y que, gracias a esta iniciativa he podido empezar a descubrir... descubrimiento que, de seguro, no se quedará aquí.