domingo, 1 de enero de 2017

¿Hablamos de series? Víctor Ros, segunda temporada

Con la recientemente terminada segunda temporada de Víctor Ros, pesando un futuro incierto sobre la renovación de la serie que ya lo hizo "in extremis" para esta segunda temporada y, una vez digerido el poso que me ha dejado este final debo decir que, si tuviese que quedarme con una temporada de esta serie, sería con la primera.
La trama de esta segunda temporada gira en torno al robo de las reservas de oro del Banco de España en su totalidad, lo que provoca, ante la inminente entrada de España en la guerra con Cuba, una catástrofe sin precedentes. Si los países en guerra con España se enterasen de que ésta carece de fondos para subvencionar cualquier tipo de ataque (ofensivo o defensivo) podría ser el fin de España tal y como se conocía en aquellos tiempos. Por motivos muy personales que no desvelaré aquí, Víctor Ros se encarga del caso, trasladándose junto con el Inspector Blázquez a Linares, donde las pesquisas parecen indicar que se encuentra el oro, y allí se sucederán una serie de aventuras, amoríos y conspiraciones que se desarrollarán a lo largo de toda la temporada.
Los dos primeros episodios de esta temporada se me hicieron muy largos. Es cierto, sobre todo en el primero que es donde se presenta toda esta trama que no carecen de acción pero aún así episodios de setenta y muchos minutos donde todo giraba en torno al mismo eje personalmente me parecieron un poco aburridos. En mi opinión, después de estos episodios, la temporada coje algo de ritmo y alterna la resolución de diversos casos en Linares por parte de Ros y su equipo, con los avances en el asunto del oro, y con otras tramas de corte más amoroso, por así decirlo.
El final de la temporada intenta ser movido pero resulta bastante plano a mi entender, no sé si porque prácticamente desde el principio del episodio el gran giro que tienen preparado se intuye a voces o, nuevamente por la longitud. Pienso que las ficciones españolas se empeñan en hacer episodios de 70 minutos o más cuando las tramas no alcanzan para tanto y los capítulos ganarían mucho más en agilidad, frescura y calidad si su duración se quedase recortada. En este sentido se agradece que la temporada conste, al igual que la primera, de ocho episodios porque más probablemente sería matarla lentamente.
En resumen, no sé si por el factor novedad o por qué pero disfruté más la primera temporada de esta serie aunque debo decir que esta segunda temporada me entretuvo, Carles Francino estuvo espectacular y en algunos momentos conseguí ver esa esencia de Víctor Ros como el detective más astuto y perspicaz de la Brigada Metropolitana.



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